Un traspaso inmobiliario, también conocido como cesión de derechos, es un proceso mediante el cual una persona (el cedente) que tiene un contrato de compraventa u otro tipo de contrato sobre un bien inmueble, transfiere sus derechos y obligaciones a otra persona (el cesionario).
Los riesgos asociados con un traspaso inmobiliario pueden variar dependiendo del tipo de contrato y de las circunstancias específicas de la operación.
Algunos de los riesgos comunes incluyen:
- Responsabilidad legal: Si el contrato original contiene cláusulas que restringen o prohíben la cesión de derechos, el cedente podría enfrentar acciones legales por incumplimiento contractual.
- Solidez financiera del cesionario: Si el cesionario no tiene la capacidad financiera para asumir las obligaciones del contrato, como el pago de la hipoteca, el cedente podría ser responsable de los pagos pendientes.
- Problemas con el inmueble: El cesionario podría encontrarse con problemas relacionados con el estado del inmueble que no fueron revelados por el cedente, como problemas estructurales, litigios pendientes, o violaciones de normativas de construcción.
- Cambios en las condiciones del contrato: El propietario anterior podría cambiar las condiciones del contrato, como imponer nuevas restricciones, lo que podría afectar negativamente al cesionario.
- Complejidades administrativas y burocráticas: La transferencia de un contrato inmobiliario puede implicar una serie de trámites administrativos y legales que pueden resultar complicados y consumir tiempo y recursos.
- Pérdida de derechos: En algunos casos, el cesionario podría perder ciertos derechos o beneficios asociados con el contrato original al realizar el traspaso, lo que podría afectar su posición legal, financiera o incluso la perdida de la propiedad.
Es importante que tanto el cedente como el cesionario realicen una debida diligencia exhaustiva antes de llevar a cabo un traspaso inmobiliario, incluyendo la revisión detallada del contrato original, la evaluación de la solidez financiera de ambas partes y la obtención de asesoramiento legal y financiero adecuado.
Es por ello que se recomienda adquirir las viviendas nuevas y así obtener las garantías que cada desarrollador otorga.